Hemos vistos muchas personas que a raíz de un problema sentimental han consultado a amigos, familiares, brujos, cartas, etc. Personas que han querido saber las opiniones y consejos de los demás con respecto a su vida y problemas.
Eso de hecho ha sido un error de muchas personas. No podemos esperar la buena o mala opinión de los demás. Cuando usted espera el parecer de alguien con respeto a su vida, la probabilidad de frustrarse es mayor.
David fue un ejemplo de una persona que no confió, ni consultó a nadie, sino a Dios. Veamos estos versículos: 1 Samuel 30:6, 7, 8, 10
”Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en el Señor su Dios. Continued
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